miércoles, 17 de diciembre de 2008

Los últimos días de Federico Moura

Unos agradables días en el balneario de Leblon, en Río de Janeiro (Brasil), alternados con prolongadas sesiones de grabación de lo que sería el séptimo álbum de la banda argentina Virus (Superficies de Placer), se transformaron en el principio del fin de Federico Moura, pero a su vez, significaron el nacimiento de una leyenda.

Federico José Moura Oliva nació un 23 de Octubre de 1951, en la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires. Era el cuarto de seis hermanos. Desde muy pequeño, se interesó por la música. A los 4 ó 5 años su madre lo sentaba junto al piano a tocar a 4 dedos.

Ironías de la vida, los días de calor y clima agradable en ese lugar paradisíaco no evitaron que Federico sea embestido por una neumonía que lo postró en cama durante varios días. Cajas de antibióticos y otros tantos remedios se apilaban en su mesa de noche, pero resultaban inútiles para detener la tos y disminuir el estado febril que le impedían seguir trabajando con sus compañeros en los estudios Somlivre.

Acompañado de Daniel Sbarra, guitarrista de la banda, Federico se sometió a un test detector del Sida -por entonces, un mal que recién se estaba conociendo por estos lares septentrionales-. Lo que se sospechaba: las pruebas resultaron positivas. Una tremenda consternación se apoderó de los demás integrantes del grupo. Si bien Federico quedó impactado, quienes estuvieron a su lado revelan que tomó la infausta noticia con tranquilidad y que, inclusive, fue capaz de hacer algunas bromas sobre su condición.

Estudió arquitectura y militó en el siloísmo, corriente político filosófico que hoy es el Partido Humanista. A mediados de la década del setenta, tras una corta estadía en Europa y Brasil, Federico inaugura en Buenos Aires una tienda de ropa marca Limbo. Tuvo un gran éxito, pero decidió abandonar el negocio porque -según dijo- le aburría estar detrás del mostrador.

Aunque su salud estaba disminuida, Federico logró superar la neumonía y se puso a la orden para culminar la grabación del álbum. Así, muy débil, con la piel estirada y varios kilos menos, el Superficies de Placer terminó de grabarse dentro de los días planificados y fue llevado inmediatamente a Nueva York para su mezcla en los estudios Record Plant.

En medio del desconcierto que se vivía entre los miembros su familia y la banda, Federico insistió en llevar adelante la promoción de la nueva placa. Y así ocurrió, como si nada pasara. Los días 20 y 21 de noviembre de 1987, Virus presentó el Superficies de Placer en el estadio Obras Sanitarias, rebautizado luego como estadio Pepsi Music y considerado el templo del rock argentino.

Al principio, el estilo glamoroso de la banda desbocó en insultos y agresiones en algunos recitales, siendo Federico el principal perjudicado. Muchos consideraban a Virus como una banda gay, aludiendo directamente a la homosexualidad de su vocalista y líder. En Lima, en julio de 1986, en el marco del Gran Estelar de la Feria del Hogar, Virus tampoco fue ajeno a algunas pifias e insultos de algunos sectores intolerantes de la platea.

Tras la grabación, en enero de 1998, del videoclip de Encuentro en el río musical, Federico decidió mudarse a un departamento ubicado en el barrio de San Telmo, en Buenos Aires. Sus hermanos y allegados revelaron que Federico, en lugar de mostrar amargura y desazón, dejaba fluir de su interior mucha paz en su trato con los demás, pese a que su deterioro físico era cada día más notorio.

Federico Moura produjo el primer disco de Soda Stereo. La placa incluyó un tema de la autoría de Daniel Melero (Trátame suavemente), que Federico intento excluir en un primer momento. Asimismo, estuvo a un canto de no incluir Un misil en mi placard, pues lo notaba demasiado influenciado por The Police.

El último show en vivo de Federico Moura, a la cabeza de Virus, tuvo lugar el sábado 21 de mayo de 1988, en el cine teatro Fénix, en el barrio de Flores en Buenos Aires. No obstante, si bien se alejó de las luces y los aplausos, Federico no abandonó la música hasta el último aliento de vida. En la soledad de su hogar compuso temas como Esclavo, Venganza, Corazón medieval, Cruces, Éxito, entre otros; en donde se percibe ya un aura de melancolía propia del momento que vivía.

El álbum Locura, lanzado en 1985, fue el primer disco en la historia del rock argentino cuyo tema central aludía al sexo.


Muchos afirman que el epílogo de la vida de Federico Moura se aceleró debido a que suprimió su ingesta del fármaco contra el Sida, AZT, que le ayudaba a bloquear la reproducción del VIH. En lugar de ello, optó por la medicina homeopática a fin de depurar su organismo y ayudar a fabricar más y mejores defensas. En tanto, la banda Virus se enfocó en la tarea de grabar su octava placa, Tierra del Fuego. Como es lógico pensar, todo hacía presagiar que Federico no tendría participación alguna en la grabación de disco, sin embargo, otra sería la realidad.

En 1986, Virus editó el disco Virus Vivo, grabado en mayo de 1986 en el estadio Obras Sanitarias. La crítica consideró este trabajo como frío, tan igual como se mostraba la banda en vivo. Estas opiniones irritaban a Federico y consideraba nefasta la postura de la prensa.

Sobre la participación de Federico en Tierra del Fuego, unos dicen que acudió solamente a las dos primeras sesiones; otros, que sólo grabó la toma de Despedida nocturna, y unos cuantos, que nunca salió de su casa y que delegó la responsabilidad de poner la voz principal a su hermano Marcelo. En lo que sí hay acuerdo es que Federico supervisaba desde su lecho de enfermo los arreglos y demás detalles de cada una de las canciones.

A fines de la década del ochenta, el rock argentino quedó dividido en dos vertientes: el rock "glamoroso" personificado por bandas como Virus y Soda Stereo, y el rock "callejero" con agrupaciones como Sumo y Redonditos de Ricota a la batuta.

Tras un corto periodo internado en el Centro de Estudios Médicos e Investigaciones Clínicas (CEMIC), de Buenos Aires, Federico fue dado de alta. Para los médicos, la suerte del artista estaba echada. En el momento que regreso a casa pesaba casi 35 kilos. Pronto, toda la comunidad rockera (incluyendo a sus detractores) quedó conmocionada al enterarse del padecimiento de Federico. Días antes, él mismo se había encargado de informar de su estado de salud a aquellos amigos y conocidos a quienes no veía por mucho tiempo.

Uno de los hermanos mayores de Federico, Jorge, militaba en el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), razón por la cual fue secuestrado en su mismo hogar a la vista de sus padres, hermanos, esposa e hija. Aunque Federico lamentaba profundamente la desaparición de su hermano, nunca hizo público el hecho ni mucho menos fue eje de algún tema musical del grupo.

Al asomarse la luna el martes 20 de diciembre de 1988, Federico invirtió las pocas fuerzas que le restaban para componer algunas canciones de tango. Minutos más tarde llamó a sus padres para cantarles una última canción y tras un “buenas noches papá, buenas noches mamá”, colgó y se arropó en su cama de dos plazas. La madrugada del 21 de diciembre, el artista dejó de existir a consecuencia de un paro cardiorespiratorio. Tenía 37 años de edad.

La noticia corrió como reguero de pólvora en los medios de comunicación y en el circuito de artistas bonaerense. Recién en la mañana del 22 de diciembre, los puestos de periódicos mostraban en grandes titulares la irreparable pérdida de uno de los símbolos más emblemáticos del rock argentino de esa época. En muchas portadas, la imagen de Federico iba acompañada de la de Luca Prodan (vocalista de Sumo, fallecido un 22 de diciembre, un año antes) y de Miguel Abuelo (voz de los Abuelos de la Nada, quien expiró ese trágico 1988, en marzo).

A siete meses del deceso de Federico, en julio de 1989, Virus presentó de manera oficial el disco Tierra del Fuego, en el teatro Coliseo de Buenos Aires. En el espectáculo homenaje participaron distintivos del rock che como Charly García, Andrés Calamaro, Luis Alberto Spinetta, Gustavo Cerati, entre otros.

La muerte de Federico Moura, hace veinte años, fue como el puntillazo final a una década plena de cambios sociales, razón por la cual, el estilo de Virus y en particular, el de Federico, fue muchas veces incomprendido y hasta vilipendiado. Y aunque digan que el mensaje de sus canciones suene superficial su modo refinado, moderno y desafiante de pararse en el escenario representa una influencia viva para muchas generaciones de hoy y de siempre.


Moura Forever
La figura de Federico Moura alcanzó tanta resonancia que en su honor se edificó una estatua en la plazoleta de La Prevención, ubicada en la calle Monteagudo, en el barrio de Parque Patricios. La iniciativa partió de la Asociación Civil Alfonso Farias, entidad sin fines de lucro que año a año realiza actividades informativas para prevenir el VIH y recauda fondos para ayudar a chicos huérfanos que viven con el VIH en su organismo.






Discografía de Virus

Wadu Wadu (1981)

















Recrudece (1982)


Agujero interior (1983)
















Relax (1984)

















Locura (1985)

















Virus Vivo I y II (1986)





































Grandes éxitos (1987)


Superficies de placer (1987)

















Tierra del fuego (1989)















Nueve (1998)
















América fatal (simple) (1998)


Obras cumbres (2000)

















Caja negra (2006)


martes, 16 de diciembre de 2008

Goody Two Shoes


A propósito del intento de zapatocidio contra mister Bush, me vino a la mente un tema de 1982: Goody Two Shoes; escrito e interpretado por Adam Ant, artista nacido en Londres en 1954 y bautizado como Stuart Leslie Godard.

Curiosamente, la expresión Goody Two Shoes difiere radicalmente de lo que representa Bush para todo el mundo. En Norteamérica esta frase alude a una persona excesivamente bondadosa, un santo de carne y hueso, una verdadera alhaja (en el mejor sentido de la palabra); en otras palabras, alguien que ya aseguró su butaca en el cielo al costado de San Pedro.

Pero la frase tiene un origen más remoto aún. Proviene de la obra The History of Little Goody Two Shoes, escrita en 1765 de autor anónimo. Al puro estilo de La Cenicienta, el libro narra la historia de Margery Meanwell, un niña muy pobre, huérfana de padre y madre, que anda por el mundo calzando un solo zapato. Un día de esos que solo ocurren en los cuentos de hadas, Margery se encuentra con un "tío billetón" que ve en ella un símbolo de bondad y ternura, así que, en recompensa, le regala un par de zapatos (qué tacaño). La pequeña, que no cabe en su propia felicidad, clama a todo el mundo que ahora tiene "dos bonitos zapatos" y se hace la promesa de hacer el bien a todos sin mirar a quien.

Con los años, Margery crece y se convierte en toda una mujer. Se gradúa de maestra y -como debe ser- se casa con un millonario...y colorín colorado, todos fueron felices. Misma telellorona mexicana.

Por supuesto que Margery no tiene nada que ver con el malo de Bush; más bien lo de millonario le debe caer a pelo al futuro expresidente del país más poderoso del planeta, habida cuenta de las millonarias ganancias obtenidas por sus empresas "amigas" que han succionado todo el oro negro de la antigua mesopotamia.

Mejor olvidemos al indeseable de Bush y escuchemos la buena canción de Adam Ant, quien, dicho sea paso, no es tampoco un modelo de conducta y, por lo tanto, está muy lejos de ser un Goody Two Shoes. Por eso me gusta su música, sino qué aburrido sería.



lunes, 15 de diciembre de 2008

¿Somos el Decano?

Dicen que la ignorancia es atrevida, esa es una sabia verdad. Aunque una verdad mucho más dolorosa sucede cuando algunos se atreven a jugar al ignorante sólo para llamar la atención y/o encender la chispa de la (inútil) polémica.

¿A qué viene toda esta monserga?. Pues a propósito de una "divertida" y "sabrosa" mención en la revista Somos, del diario El Comercio, el sábado 06 de diciembre, sobre la próxima visita de Iron Maiden a Lima.

Dice así:

"Iron Maiden confirma concierto para marzo de 2009 en Lima. ¡Guácala!...ya solo falta que venga el esperpento de Charly García".

Digo yo, ¿hace falta tanta agresividad y mala leche? Al parecer, este texto ha sido escrito por un redactor primerizo (con el respeto que se merecen los colegas juniors) para quien el nombre Iron Maiden le suena a club de fans vírgenes de Iron Man o a un grupo de travestis que usan brassieres Maidenform pero de lata. En fin.

Sin embargo, el domingo 14, Rafo Valdizán, crítico de música del referido diario y amo y señor de la muy leída sección Calle Rock salió a responder tremenda pachotada:

"Igual que a decenas de personas que nos han escrito por ese tema, me sorprendió leer aquello. Una cosa es que no les guste la banda, y otra es no reconocer su importancia, más allá de gustos personales. ¡Hábrase visto!".

Muy coherente la posición de Rafo y la suscribo del todo.

Es raro que en Somos, un añejo suplemento sabatino y engreído de la familia Miró Quesada se haya incurrido en tamaño desaguisado. No pretendo exagerar la nota, hacer una cuestión de estado ni mucho menos condenar a la pira al editor de dicha publicación (Oscar Malca); pero, hay formas de decir las cosas ¿no?.

Más raro es que el mismo Malca se haya tomado la libertad de permitir o, quizás, cometer esa ligereza, teniendo en cuenta su largo historial en el mundo de la música, sobre todo en el espectro rockero nacional. Tal vez los años no pasan en vano. Tal vez ahora prefiera escuchar a RBD, Daddy Yankee, Los Caribeños o al Grupo 5 (o como le dicen en Asia, Grupo Five). Algunos afirman que los hijos lo cambian a uno, ¿tanto así?. Pero bueno si eso lo hace feliz y un mejor ciudadano, bienvenido; aunque para la próxima no le vendría mal un poquito de respeto, ese que tanto predica el Decano desde hace más de 170 años.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Saturantes hasta la médula

Son canciones que mientras menos las escucho más me gustan. Todas ostentan el récord de haberlas escuchado casi mil veces. Conozco la letra de cada una a la perfección y podría recitarlas a ojos cerrados, con traducción incluida. Ahora que el tiempo ha pasado, todas están descartadas de mi walkman y en las juergas a domicilio sólo las programo a solicitud o rogativa de algún invitado o invitada. Son las rolas más saturantes de mi vida. Pero ojo: una cosa es que hayan sido marginadas y otra olvidadas.

10. I want to hold your hand (The Beatles)
Inoculó en mi torrente sanguíneo el virus de la beatletitis. Por un tiempo pensé que era la única canción de este grupo que, por ese entonces, resultaba una incógnita en mi vida. Hablo del año 81 u 82, no lo puedo precisar. La escuché incansablemente cientos de veces en mi vieja radiograbadora y hasta me aventuré a ponerla en mi fiesta de cumpleaños cuando apagué 12 velitas. Años más tarde, tras ir escarbando en toda la antología beatlesca y descubrir auténticas piezas de filigrana, I want to hold your hand pasó a la categoría musical de PRESCINDIBLE. Méritos le sobran y por eso ha hecho historia, a mi me falta paciencia y santidad para oírla una vez más.


09. I want you to want me (Cheap trick)

“China china china si traes” coreaba esta canción a los nueve años de edad. No recuerdo qué emisora radial la propalaba con más insistencia (creo que era Estación X), pero qué manera de repetirla y repetirla y repetirla… A pesar del bis, el tris y el cuatrís, mi devoción por esta melodía no desmayó y siguió impertérrita. Una mañana cualquiera, ya treintón, la oí en la radio y algo extrañó sucedió: fugué de casa y por primera vez llegue al trabajo temprano. Por fin había encontrado la solución para dejar de recibir “memos” por tardón. El otro día me prestaron el Live At Budokan, disco epónimo de esta banda con feo nombre, y, como me sucede con otros tracks de viejos y clásicos discos, presiono >> y la paso.


08. De do do do, de da da da (The Police)

“La poderosa naturaleza de las cosas simples”, así declaró Sting cuando le preguntaron por la inspirada letra de esta canción. Y no fue sorna lo que respondió, porque The Police apostó por una propuesta musical basada justamente en la sencillez, la mesura y la pureza: ser rockanrollero sin ser rocambolesco. Recuerdo un día de diciembre de 1979, cuando un amigo de mi viejo llegó con este sencillo a casa. Lo escuchamos en el viejo equipo estereo que hoy sirve de base para la TV Plasma. A mi me encantó, pero a mi progenitor no, pues le había dejado de interesar el rock hacía tiempo, así que me legó el 45 RPM como adelanto de herencia. ¡Qué pendeivis! Hoy alabo la trayectoria de The Police, pero prefiero olvidar este De do do…Es buena, pero me da sueño.


07. I was made for lovin' you (Kiss)
Otra del ’79. Los Kids In Satan Service causaban furor a finales de los setentas, más por poseros que por su música, y nadie, en su insano juicio, podía estar ajeno a ello. I was made…fue una de las primeras canciones metaleras que escuché a mis cortos nueve años, aunque ni tan duras a comparación de lo que aparecería en el mítico año 1980: el Back in black, de AC/DC; el British Steel, de Judas Priest, y el Ace of Spades, de Motorhead. ¡Qué música, carajo! Pero esa es otra historia y prosigamos con Kiss. No es que reniegue de esta canción, me sigue gustando, tiene ritmo y vendió millones. Es más, el sticker del sencillo con el sello Casablanca siempre llamó mi atención, pero hoy me llevo mejor con ella de lejitos (como con mi ex y madre de mi hija). La escucho y la disfruto fragmentada desde las ondas de mi memoria y no a través de los oídos. Definitivamente, no fui hecho para amar del todo a esta canción.


06. Ballroom Blitz (Sweet)
Una de esas canciones adelantadas a su época. Cuando la descubrí en 1984 pensé que se trataba de una banda nueva, pero alguien me dijo: “esa canción es antiquísima”. (¡Plop!). Probablemente me sucedería lo mismo si hoy la oigo por vez primera. Su ritmo pegajoso, las voces chirriantes en clave amanerada y las guitarras estremecedoras la han convertido sin duda en un clásico del rock-pop de todas las épocas. Me agrada, le tengo cariño, pero siempre que puedo, escapó de la dulce tentación de escucharla una y otra vez. ¿La razón? Ni pregunten, simple y llanamente, la cancioncilla de marras me saturó.



05 Long cool woman in a black dress (The Hollies)
Caserita de especiales y rankings retro de las radios juveniles ochenteras. Es un temazo, de eso no hay dudas y tengo que reconocerlo. Su letra fue inspirada quizá por las series policiales de televisión muy en boga en los setentas: antes de una redada policial a un puticlub, atestado de drogos, putas y mafiosos, un “raya” observa a la cantante y bailarina (alta y vestido de negro) y queda prendado de ella. En pleno tiroteo, el enamorado defensor del orden protege a la dama de las balas y, tiempo después, hace lo indecible para que quede libre de cargos. Ella le agradece el favor y se queda con él para siempre. Qué lindo, un dulce cuento de Hadas de los bajos fondos. La guitarra de Allan Clarke en el intro es portentosa y lo que más rememoro. Igual, evito toparme con esta femme fatale, para seguir deseándola lascivamente cada día más.


04 The Look (Roxette)
Era 1989, los ochentas llegaban a su fin, el pop ingresaba a su etapa de extinción (el rap venía con fuerza) y yo, andaba en búsqueda de mi destino. La canción pegó en todas partes pero también le dieron con todo acusándola de “reciclaje múltiple” (¿?). En efecto, su “na na na na…” trae a colación el “Land of Thousand dances” de Wilson Ticket y el “Hey Jude” de The Beatles. Otra andanada de ganchos al plexo vino de aquellos que sindicaron al título como copia del “U got the look” del andrógino Prince. Es decir, por todas partes llovieron combos y palos. Pero como buenos suecos, Per Gessle y Marie Fredriksson hicieron caso omiso a las puyas y siguieron pa’lante. Los apoyo chicos, adecentaron una época musical de vacas flacas, les doy eternas gracias por la inspiración Xerox, pero ahora mis oídos me agradecen más por no escucharlos.


03 More than words (Extreme)
El non plus ultra de las baladas románticas noventeras. Inútil tarea la autoencomendada para imitar la guitarra de Nuno Bettencourt. Su pulso maestro resultó difícil de igualar, así que me conformé con recitar las palabras de Gary Cherone. A lo lejos, creo que a la canción le sobran minutos y se me hace un poco sosa, aunque igual no dejo de valorarla como un auténtico one-hit-wonder. Tiempo después de lamer la miel del éxito, Cherone pasó a las filas de Van Halen(¿?) pero ante los renovados escarceos amorosos entre Eddie y David (Lee) Roth, fue expectorado de inmediato. Volvió a casa y hasta hoy sigue con su yunta Nuno tocando esta balada unplugged de extremo a extremo del planeta.


02 Da ya think i'm sexy (Rod Stewart)
Otra que se adelantó a su tiempo. Hoy sería toda una oda al metrosexualismo. Hasta no hace mucho Rod odiaba cantarla en vivo. Decía que recordaba sus épocas de inmaduro y estúpido, cuando se creía un dandy rompecorazones (y lo era en realidad, ¿por qué la modestia, mi estimado Rod?). Hoy, a sus reumáticos sesenta y tres años, con más de media docena de hijos a cuestas, pero siempre del brazo de bellas mujeres, el scottish dice que no tiene problemas en acceder al pedido de sus fans y mandarse con todo. El que sí tiene problemas en escucharla soy yo, así que la prefiero mantener como un buen recuerdo y guardarla en el jukebox encriptado de mi memoria.


01 Dancing with myself (Billy Idol)
Es la número uno porque la considero la más tonera de todas. Es la número uno porque Billy fue el soberano que reinó en todas las fiestas a las que acudí (invitado o no) entre el 84 y el 85. Es la número uno porque me hizo recapacitar acerca de que el placer no sólo estaba en las manos y de que la “virginidad” me podría dar cáncer. Gracias a su estribillo acudí de inmediato a vacunarme con la ayuda de una simpática damita, cuyo rostro tengo grabado en la mente y de quien guardo gratos recuerdos. Pero también es la número uno porque fue la primera que incluí en la lista de marginadas. Insisto, la canción es buena, pero ni bien oigo el intro de Steve Stevens, cambió de dial, me alejo del lugar o me bajo de la combi. Es muy extraño e inexplicable este fenómeno. ¿Acudo a un psiquiatra?

Continuará...

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Lo de Duran Duran fue un "faenón"

Esperé cerca de un cuarto de siglo para verlos en vivo y en directo. Veinticinco años que se fueron volando. ¿A quién debemos el milagro: a los audaces empresarios peruanos o a la mujer de Roger, paisana nuestra, que lo convenció para que convenciera al grupo de venir, so pena de dejarlo hambriento de sexo y amor por una larga temporada?

Ya no interesan las razones porque anoche por fin los tuve frente a frente. Admito que a las 8 y 40, ni bien se encendieron los reflectores y el escenario se tiñó de rojo, sentí el mismo entusiasmo adolescente que cuando compré el lp Arena en la desaparecida Discotienda Héctor Roca, en pleno jirón de La Unión, una tarde de octubre de 1984. Ese disco aún lo conservo de milagro, pese a mis cientos de mudanzas.

Sorprendió el buen estado de la voz de LeBon, lejos de aquellas afrentosas performances con voz "granjera" (por los gallos, gallinas y pollos). Roger Taylor estuvo en lo suyo. Nick Rhodes, magistral con el sintetizador que condensa el sonido "new-wevero" del grupo. Pero quien se llevó las palmas fue John Taylor y su "fuckin' bass".
!Extraordinario¡, simplemente.

Casi seguro que el 90% de los asistentes esperaba con ansiedad contenida escuchar las canciones clásicas del grupo, y, por supuesto, se salieron con su gusto: El repaso se inició con “Planet Earth”, luego continuaron “Hungry like a wolf”, “Save a prayer” (espléndido intro y final), “Is there something I should know” y “The reflex” (brillante, aunque sin la catarata resplandeciente del video).

Pero sin duda, las mejores tocadas fueron: "Notorious", "Serious" (impecable), "Wild boys" (contundente), "A view to a kill" y "The Chauffeur" (ambas con el alucinante teclado de Rhodes), "Girls on film", "Come undone", "Ordinary World" (irresistible), y, para cerrar, "Rio" (la más reclamada).

El repertorio se completó con canciones del "Red carpet massacre" ("The valley", "Red carpet massacre", "Nite Runner", "Falling Down" y "Skin Divers"), del "Thank You" ("White Lines"), del "Big Thing" ("I don't want your love") y del "Astronaut" ("Sunrise" y "Nice"). Todas de una etapa en la que el grupo rasgaba los charts sin lograr asentarse en el gusto masivo. Ello no le quita, por supuesto, la calidad musical de alguna de ellas, en especial las del "Astronaut".

Para mi gusto, las grandes ausentes fueron: "Careless memories", "New moon on monday", "Violence summer", "Union of snake" y "Electric barbarella". Ni modo, no se puede tener todo en la vida.

Lo poco grato: no es que sea fan ni nada por el estilo, pero si la gente reclama más espectáculos de este porte, debería justificar el esfuerzo con una mayor asistencia. Lo de ayer no fue lleno total, muchos vacíos. La reventa alrededor del Monumental de Ate barateó a sus anchas las entradas VIP (de precio real 150 soles) y las de Cortesía a tan sólo 20 ó 15 lucas. Y todavía quedaron muchas sin venderse.

Otra más: entre canción y canción, la multitud se quedaba paralizada y fría: ni aplausos ni gritos ni "otra más, otra más". Se notó que faltaron los stands cheleros.

La última: el guitarrista es bueno pero se siente la ausencia de Andy Taylor, tanto en las cuerdas como en presencia. Take it easy man...tu momento está por llegar.

miércoles, 29 de octubre de 2008

PUEDES SER TÚ: EL DISCO DE LOS OCHENTAS


Un verdadero disco de culto y testimonio del Perú violento y represor de los ochentas (la década perdida).
Participación especial de la selección de Argentina: MIGUEL ABUELO (+), ANDRES CALAMARO, DANIEL MELINGO, CHARLY GARCIA Y PIPO CIPOLATTI.
Toda una rareza.
GRANDE MIKIIII!!!


TEMAS

01- ADONDE ESTAN (sí pues ¿Dónde están los miles de jóvenes que se tiraron los milicos y los “terrucos”?

02- DIMELO, DIMELO (Tanta propaganda y yo sin un puto Inti en el bolsillo)

03-PUEDES SER TÚ (A mi agarró “la parca” una noche de 1986, tenía 16 años. Los tombos me soltaron de la Comisaría cinco minutos antes del inicio del Toque de Queda. Llegué vivo a casa pero mi viejo me sacó la mierda y no me dejó salir un mes).

04-PELIGRO (Los “cachacos” desde su fortín jugaban tiro al blanco con tu cabeza, y si caminabas por un auto lleno de anfo, explotabas en pedazos).

05-JINGLE COCA COLA (nunca entendí la letra).

06-YA NO AGUANTO (la bella y ardiente Marilda Castro -¿qué será de ella?- y su casi debut en pantallas intentando escapar del babosazo de Baldomero Cáceres).

07-FATIGA. (Un funky para disipar los nervios)

08-CUIDADO CUIDADO (La angustia y la ansiedad del “pastelero”: un traguito y un “tronchito” para olvidar las penas).

09-CHAPI GARCIA (Una chicha que escandalizó a las radios de la época. Charly, Calamaro y Melingo no tuvieron paltas para conformar el coro).

10-SOY UN PROLETARIO (Trabajadores del mundo, uníos)

DESCARGALO, antes que venga la "parca"....

(disculpa Miki, pero este disco ya no se encuentra en Lima, Ayacucho, Chincha, Tocache o La Molina).

martes, 28 de octubre de 2008

LAS FIJAS

nO ANDO MUY INSPIRADO ESTOS DIAS (DIRIA MESES) PARA ESCRIBIRLES ARTICULOS TAMAÑO "CHORIZO", PERO ANDO DE BUEN TALANTE EMOCIONAL, ASI QUE LOS DEJO CON EL SET LIST DEL RECITAL QUE rem DIO EN LA PLAZA DE TOROS DE LAS VENTAS, EN MADRID, EL PASADO 1 DE OCTUBRE.

dIFICULTO QUE A sTIPE, mILLS Y bERRY SE LES OCURRA VARIAR LAS CANCIONES; A LO MUCHO ALTERARAN EL ORDEN, PERO FIJO QUE ESTAS mismas LAS ESCUCHAREMOS LA NOCHE DEL 14 DE NOVIEMBRE EN EL NATIONAL STADIUM DE LIMÓN.


00.- [intro]
01.- Living well is the best revenge
02.- What's the frequency, Kenneth?
03.- Drive
04.- Circus envy
05.- Animal
06.- Man sized wreath
07.- Ignoreland
08.- Just a touch
09.- Strange currencies
10.- Hollow man
11.- These days
12.- Walk unafraid
13.- Great Beyond
14.- Staring down the barrel of middle distance
15.- The one I love
16.- She just want`s to be
17.- I've been high
18.- Let me in
19.- Horse to water
20.- Bad day
21.- Imitation of life
22.- Orange crush
23.- Supernatural superserious
24.- Losing my Religion
25.- Accelerate
26.- [banter]
27.- End of the World
28.- Man on the Moon
29.- I wanna be your dog


dE PASO, SI QUIEREN BAJARSE EL CONCIERTO GRABADO EN MADRID (con aplausos y delirios) LES DEJO LOS LINKS.



jueves, 25 de septiembre de 2008